Probablemente uno de los sitios más curiosos y tétricos de Milán. Mientras que para algunos puede ser una curiosa atracción para otros en cambio puede resultar una desagradable visita.

En el centro de Milán, cerca del Duomo se encuentra la iglesia de San Bernardino alle Ossa y en su interior hay una capilla con el osario.

El altar de Nuestra Señora de los Dolores está rodeado de paredes cubiertas por huesos y calaveras que componen la decoración del lugar.

En el siglo XIII, al lado de esta iglesia, estaba el desaparecido Hospital del Brolo, destinado al tratamiento de leprosos junto con un cementerio, que posteriormente sus huesos se establecerían aquí. Fue en el s. XVIII que se construyó la iglesia adyacente de San Bernardino.

El techo tiene frescos de Sebastian Ricci que representa el «triunfo de las almas sobre la muerte»