Necrópolis de Las Ruedas

Necrópolis de Las Ruedas

La necrópolis de las Ruedas es el gran cementerio de una ciudad prerromana, la ciudad de Pintia en la antigua región Vaccea.

Los vacceos fueron un pueblo pre-romano que se instalaron en la cuenca del Duero. La región Vaccea abarcaba una superficie de unos 45.000km2, la totalidad de la provincia de Valladolid y parte de las provincias colindantes.

Pintia fue una de las ciudades vacceas, situada en Padilla del Duero en Valladolid. La necrópolis de Las Ruedas era el gran cementerio de la ciudad de Pintia, se utilizó durante 600 años, entre el final del siglo V a. C. y el inicio del II d. C. Configura un espacio triangular de unas seis hectáreas. Se calcula que unas veinticuatro generaciones de pintianos vacceos y romanos podrían haber sido enterrados aquí por lo que puede haber más de cien mil sepulturas.

El ritual fúnebre consistía en la incineración del cuerpo junto con enseres personales característicos según su estatus social. Los enseres y los restos del cuerpo se recogían en una urna de cerámica y se enterraban en la tierra.

La zona ha sido mutilada y dañada durante años por labores agrícolas hasta que en 1995 se empieza a excavar la zona. Más de doscientas estelas funerarias han sido documentadas en proceso de excavación, con la información hallada sobre sexo, cronología, objetos personales y un poema funerario alusivo a la persona. Estas se distinguen del resto por estar en una zona de superficie de gravas. El resto han sido dispuestas según se ha creído.

 

A lo guerrerros vacceos muertos en combate se les reservaba otro ritual en vez de el de cremación. Su cuerpo se exponía a los buitres ya que se consideraba un ave sagrado porque era capaz de trasladar el alma del difunto.

 

Actualmente sigue sirviendo como cementerio ya que hay personas que siguen queriendo que sus restos mortales descansen aquí por lo que puedes encontrar placas conmemorativas y árboles que los recuerdan.

 

Hay una estela que llama la atención entre todas por su originalidad y su buen estado, aunque no, no se tratat de una estela funeraria sino de una escultura de Duque que recuerda al Monte Nemrut de Turquía.

 

Del escultor Duque también es el monolito que se erige aquí en memoria de Federico Wattenberg, historiador, arqueólogo y conservador de museos cuyo trabajo científico se centró principalmente en la cultura vaccea.

 

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